EMOCIONES
Por: José David Corredor E
Emociones
A partir del artículo en el foro de fotografía, Sentir o no sentir, esta es la cuestión, me generó gran inquietud, que me lleva a la siguiente reflexión: ¿emoción es igual a sentimiento? o ¿hay subordinación entre dichos conceptos? Es lo cierto que sí son complementarios.
Las emociones rigen la vida del ser humano, aspecto que se refleja en el individuo, la familia y la sociedad y que incide en lo político, en lo económico, en la filosofía, la sociología, en el derecho y en general en las distintas relaciones que pueden generarse.
Remembranza especial me conduce el tema, a las emociones y su estrecha relación con las vivencias tenidas en mi actuar en función del derecho en las relaciones familiares, experiencias recogidas en un libro que llamé los conflictos en el derecho de familia y su vivencia en la práctica judicial; y es que la familia es un centro de emociones, felices unas y traumáticas otras. Recuerdo, entonces, esas fotografías, no captadas con una cámara sino con el lente de la realidad.
Esa muestra fotográfica mental, revelan en buena parte, lo que un estudioso del tema, el autor Emilio Mira Y López, en su texto Los Cuatro Gigantes del Alma, a saber, el miedo, la ira, el amor y el deber, que a su juicio son el soporte de nuestra personalidad, y que otro popular autor, Osho, predica el texto: Emociones – libre de la rabia, el miedo y los celos, como reacciones emocionales que nos dominan y desbordan los problemas.
La inquietud me lleva, también, a pensar en la situación que actualmente vivimos, a saber la pandemia covid 19, las medidas para combatirle, el desgobierno para enfrentarlo, el desorden de la ciudadanía en los cuidados, la desinformación y falsas noticias que sumados todos llevan a emociones negativas como la angustia, el dolor, la enfermedad ora mental ora física, y con la que finalmente nace de la partida del contagiado y el sufrimiento de la familia, que ni siquiera puede despedirle.
También con los actos de guerra y las diferentes visiones de los protagonistas, tal como recién acaba de suceder, en combate entre miembros del ejército y dos guerrilleros con el correspondiente parte de victoria del comando del primero, enfrentado al dolor de un campesino que llora la muerte de un hijo de quien dice es menor y no formaba parte de algún grupo ilegal y de una madre que de igual forma llora a otro hijo, a quien igualmente señala como menor y no delincuente. Se enfrenta la emoción de una parte victoriosa y de otra sumida en la derrota y el dolor.
Las emociones son, por tanto, síntesis de la vida misma, la alegría, la ira, el amor, etc., que se observan en los rostros de quienes manifiestan estas vivencias. ¿Podremos cambiar el curso de nuestras emociones para que nuestros sentimientos se encausen en búsqueda de acuerdos de paz, como derecho y deber de obligatorio cumplimiento, según canon constitucional?
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